Cada 16 de septiembre la Iglesia Católica celebra juntos al Papa San Cornelio (c.180-253) y al Obispo San Cipriano (c. 200-258), dos amigos en el Señor que se opusieron a los errores y herejías en las que cayeron muchos cristianos de los primeros siglos. Ambos concluyeron sus vidas abrazando las palmas del martirio.
