Santa Escolástica, Virgen y Fundadora

El 10 de febrero, la Iglesia celebra a Santa Escolástica, hermana de San Benito de Nursia y fundadora de la rama femenina de la Orden Benedictina. Es reconocida por su vida de oración, su profundo amor a Dios y su ejemplo de santidad.

Vida y vocación

Santa Escolástica nació en Italia en el siglo V, en el seno de una familia noble. Desde pequeña, mostró una gran inclinación por la vida espiritual. Siguiendo el ejemplo de su hermano, San Benito de Nursia, decidió consagrar su vida a Dios y fundó una comunidad monástica para mujeres, inspirada en la Regla de San Benito.

Se dice que Escolástica y Benito se reunían una vez al año en las cercanías del monasterio de Montecassino para conversar sobre temas espirituales y compartir en oración. En una de estas ocasiones, Escolástica pidió a su hermano que permaneciera con ella toda la noche para seguir hablando de Dios, pero Benito, fiel a su regla, se negó. Entonces, Escolástica oró con fervor, y Dios respondió con una tormenta que impidió a Benito regresar al monasterio, permitiendo que pasaran más tiempo juntos.

Su legado y santidad

Santa Escolástica murió alrededor del año 547, pocos días después de su último encuentro con San Benito. Su hermano tuvo una visión en la que vio el alma de Escolástica elevarse al cielo en forma de paloma, símbolo de su pureza y amor divino. Benito la enterró en el sepulcro que había preparado para sí mismo.Su vida es un testimonio de oración, confianza en Dios y amor fraternal. La Orden Benedictina ha mantenido su ejemplo vivo a lo largo de los siglos, promoviendo la vida monástica como un camino de santidad.