San Juan Diego – 9 de diciembre

San Juan Diego (1474-1548) fue un humilde indígena chichimeca a quien la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, se le apareció en el cerro del Tepeyac, México, en diciembre de 1531. Su testimonio de fe marcó un hito en la evangelización de América y dejó como legado la venerada imagen guadalupana.

Vida de Fe

Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en Cuautitlán, cerca de la actual Ciudad de México. Tras su conversión al cristianismo, recibió el bautismo junto con su esposa y adoptó una vida sencilla y devota, asistiendo con frecuencia a misa y profundizando en su fe.

Apariciones de la Virgen

Entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, la Virgen María se le apareció varias veces, pidiéndole que intercediera ante el obispo para construir un templo en su honor en el cerro del Tepeyac. Aunque inicialmente enfrentó incredulidad, la Virgen dio a Juan Diego una señal milagrosa: rosas de Castilla floreciendo en invierno y la impresión de su imagen en su tilma. Este milagro convenció al obispo Fray Juan de Zumárraga.

Su Legado

La tilma con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe se conserva hasta hoy en la Basílica de Guadalupe, siendo un símbolo de fe y unión para millones de personas. San Juan Diego dedicó el resto de su vida al cuidado del santuario y a compartir su testimonio.

Canonización

Fue canonizado por el Papa San Juan Pablo II el 31 de julio de 2002 en la Basílica de Guadalupe, reconociendo su humildad y fidelidad como un modelo para todos los cristianos.