Ignacio soñaba con convertirse en un noble apreciado, pero su vida dio un giro radical cuando una bala de cañón le destrozó una pierna en el campo de batalla. La lesión le confinó en una cama de hospital durante varias semanas. Allí descubrió dos libros: uno sobre la vida de Jesús y otro sobre los santos. La lectura de estas obras espirituales le inspiró a entregar su vida a Cristo.
