Santa Juliana de Nicomedia

Santa Juliana de Nicomedia fue una mártir cristiana del siglo IV venerada por la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa. Nacida en Nicomedia, Asia Menor (actual Turquía), se destacó por su firmeza en la fe cristiana. Según la tradición, rechazó la propuesta de matrimonio del emperador pagano Maximiano porque era cristiana y quería conservar su virginidad para Jesucristo. El emperador la sometió a diversos tormentos y torturas, pero ella se mantuvo firme en su fe. Finalmente, fue decapitada en el año 304 d.C. por orden del emperador. Su martirio la convirtió en una figura venerada en la Iglesia primitiva. La devoción a Santa Juliana se extendió ampliamente, y su culto se consolidó con el tiempo. Es considerada patrona de diversas causas, entre ellas, las mujeres embarazadas y en el parto, así como protectora contra los dolores de cabeza y las enfermedades del hígado. Su fiesta se celebra el 16 de febrero. Santa Juliana es recordada por su valentía y fidelidad a sus convicciones religiosas, inspirando a generaciones de creyentes a mantenerse firmes en su fe a pesar de la adversidad.