Fue uno de los grandes papas de la Edad Media, con una influencia decisiva sobre el desarrollo histórico del papado y su posición entre las naciones Cristianas de Europa Occidental. Ya notable por su religiosidad, benevolencia, capacidad, conocimientos y elocuencia, él ingresó, a muy temprana edad, al servicio de la Iglesia.
Nicolás reconstruyó y dotó de fondos a diversas iglesias y permanentemente buscó promover la vida religiosa. Su propia vida estaba guiada por un espíritu de gran ascetismo y profunda religiosidad Cristiana.